Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Josué 1: 8.
Cuando los doce espías fueron enviados a explorar la tierra prometida, la mayoría de ellos se desanimaron al ver gigantes habitando en la tierra. Sin embargo, José hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone tuvieron la fe de que era posible conquistarla.
Más tarde, Josué sucedió a Moisés en el liderazgo y Dios le dio una estrategia poco convencional para vencer: meditar en la palabra de Dios de día y de noche. Este principio demostró ser efectivo y llevó a Josué y su pueblo a la victoria.
Hoy en día, ese mismo principio puede hacernos vencedores en nuestras propias batallas y desafíos. Al dedicar tiempo a meditar en la palabra de Dios, podemos encontrar fortaleza, sabiduría y dirección para nuestras vidas.
Dios les bendiga
Álvaro Méndez – Capellán ING
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