Cuando nació Moisés, su madre lo colocó en una cesta y lo echó al río Nilo para salvarlo de la muerte. Allí en el río la hija de Faraón lo encontró y lo adoptó como su hijo criándolo en la realeza egipcia. Años después, cuando ve que un egipcio maltrataba a un hebreo, lo mata y huye a Madián, donde se hace pastor y se casa con la hija del sacerdote Jetro. En una ocasión, pastoreando las ovejas de su suegro, Dios se le presenta en una zarza ardiente y lo llama a hacer una labor extraordinaria: libertar a los hijos de Israel de la esclavitud de Egipto. ¡Dios usa a Moisés como su instrumento liberador!
Dios se presenta en las circunstancias ordinarias, difíciles y también alegres de tu vida. En ese encuentro, Dios puede cambiar tu historia, ya que, si aceptas su llamado, tu vida puede tomar otro rumbo. Dios te llama, te redirige a un nuevo estilo de vida, a un nuevo ministerio, a un nuevo horizonte, a un nuevo plan, a un nuevo proyecto. ¿Por qué circunstancias difíciles estás pasando? ¿Será que Dios te está llamando? ¿Será que te está redirigiendo a un nuevo destino o ministerio? Dios utilizó las circunstancias de Moisés para comenzar su trabajo de libertar al pueblo. ¿Qué trabajo está haciendo Dios a través de ti? ¿En qué te está usando?
Debes estar atento a reconocer la presencia de Dios en tu vida cotidiana, pues en ella Dios se presenta y te llama a hacer una obra extraordinaria, usándote como su instrumento para hacer su obra, como lo hizo con Moisés. Por esa razón, debes estar atento a las zarzas ardientes que Dios colocó en tu camino, eso te va a permitir experimentar a Dios en medio de tus circunstancias. En esos encuentros, Dios te revela su llamado, lo que te permite experimentar a Dios en medio de tus circunstancias, buenas o malas, a la vez que creces cada día en tu relación personal con Dios.
En Cristo,
Álvaro Méndez – Capellán ING
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