“…para que, justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.”
Tito 3: 7.
«Hemos sido justificados por Dios gracias a su gracia, la cual nos convierte en herederos de la vida eterna. Es por la gracia y la misericordia de Dios que somos liberados de nuestro estado pecaminoso, gracias a los méritos de Cristo y la obra del Espíritu Santo en nosotros. El Espíritu Santo nos enseña, regenera y salva, transformándonos en una nueva criatura en Cristo, gracias a la renovación del Espíritu Santo en nuestro interior. De esta forma, somos salvados de nuestros pecados y podemos disfrutar del don de la vida eterna. Todo esto es posible solo gracias a la gracia de Dios, que permite que la obra del Espíritu Santo en nuestro interior nos cambie y transforme a imagen de Cristo.»
Dios les bendiga,
Álvaro Méndez – Capellán ING
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