Ella vio que, por haber fornicado la rebelde Israel, yo la había despedido y dado carta de repudio.
Jeremías 3: 8.
Debido a que Israel no había sido fiel a Dios y había caído en la apostasía, Él se volvió contra ellos, combatiéndolos y dejándolos desamparados. Como resultado de su alejamiento de Dios, el castigo para Israel fue la deportación a Asiria en el año 722 a.C. y el reino de Judá fue deportado a Babilonia en el año 587 a.C. Pero Dios les dijo: «Vuélvete, oh rebelde Israel» (Jeremías 3:12). Con estas palabras, Dios indicó a Israel que había esperanza si se volvía al Señor.
La infidelidad de Israel hacia Dios tuvo graves consecuencias, pero también se muestra la misericordia divina al ofrecer una oportunidad para regresar a Él.
Álvaro Méndez – Capellán ING
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