Desde la parte personal me he sentido muy acogido por lo compañeros y por los tutores se siente el amor de ellos hacia la enseñanza y por la parte académica se nota el empeño y la innovación que la fundación propone en cada uno de los cursos.
Gracias a todos los cursos que he visto durante el periodo de 3 años me han ayudado a adquirir madurez espiritual, es muy fácil leer la Biblia y orar, pero ya otra muy diferente es entender la palabra de Dios y escuchar su voz además he tomado conciencia del compromiso que es compartir la palabra mediante una reflexión o una prédica, es algo de mucho cuidado porque podemos ser mediante esto de bendición para otros o de piedra de tropiezo.
Todo lo que he aprendido con el instituto lo estoy aplicando en mi labor con los jóvenes de la iglesia, siendo sabio a la hora de actuar y con la población mayor cuidando mucho mi boca de decir cosas que no están fundamentadas en la palabra, yo a veces hablo por hablar y no pienso las cosas, gracias a Dios y lo que el instituto me ha enseñado he cambiado eso y puedo debatir de una manera más amplia y correcta sobre algunas posturas bíblicas.
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